Dalí, genialidad que raya en la locura
‘La única diferencia entre un loco y yo, es que el loco cree que no lo está, mientras yo sé que lo estoy’, esta es una de las frases que mejor describen a Salvador Dalí, un genio de la pintura, estandarte del surrealismo, excéntrico, curioso, osado.
Alguna vez ha oído comentar que la genialidad está unida con la enfermedad mental, pues bien, tratemos este tema. No quiere decir que un genio, el gran Dalí, tenga que estar diagnosticado con una u otra enfermedad mental, pero sí existen ciertas connotaciones que nos llevan a pensar que ambos conceptos van de la mano.
Igualmente nos encontramos con una precocidad infantil en Dalí, ya que con cinco años empezó a pintar y le pidió a sus padres que le dejaran una habitación de su casa que usaban como lavadero, para poder montar un taller en el cual se sintiera a sus anchas para poder dar rienda suelta a su imaginación.
Según el DSM-IV, los síntomas característicos de la esquizofrenia son, entre otros, tener ideas delirantes, alucinaciones y manifestar un comportamiento desorganizado. Podemos observar en su obra cómo él mismo usa un término muy personal para definir su obra, paranoico-crítico, que podemos identificar con tener ideas delirantes. No hay más que visionar alguno de sus cortometrajes como Un perro andaluz, el cual, caracteriza muy bien la personalidad del pintor.
En el caso de la genialidad podemos decir que es el estado en que una persona destaca de una manera excepcional por su talento en una o varias facetas. En cuanto a Dalí no cabe ninguna duda que encaja perfectamente en nuestra definición. Durante su vida fue pintor, escultor, escritor, incluso hizo algunos aportes en el mundo del cine encargándose de la creación de los escenarios, llegando a participar en una película de Walt Disney, Destino.
Este gran y excéntrico artista español del siglo XX encontró en Sigmund Freud, otro gran genio, un icono en cuanto a la interpretación de la realidad, de su propia realidad que manifiesta en toda su obra llegando incluso a intercambiarse entre ellos dibujos y las respectivas interpretaciones de los mismos por parte de Freud.
Entre otras características de un genio podemos encontrar una tensa oposición hacia los que consideran sus contrincantes, en el caso de Dalí tenemos su singular batalla con Pablo Picasso al cual le dedicó algunas pinturas caricaturizadas.
En alguna de sus obras nos expone otra característica de un genio, su problema de identidad sexual como en el cuadro titulado El Gran Masturbador (arriba, en este texto), donde hace patente, según algunos entendidos en arte, su ambigüedad sexual ya que esta obra se reconoce como un autorretrato del propio autor.
Tras abordar el término de genialidad en Dalí vayamos ahora a la posible esquizotipia.
Lo abordaremos desde un punto de vista objetivo ya que para poder diagnosticar un trastorno mental como es la caso de la esquizofrenia, es necesario la debida evaluación psicopatológica y no sólo basarse en algunos aspectos de la vida de una persona.
El origen de su locura, muchas veces es achacado al traumático suceso de haber tenido un hermano mayor que falleció de niño, y el hecho que sus padres lo llamaran ‘Salvador’ como a su hermano muerto. Y esto posiblemente genera en Dalí, como mecanismo de defensa frente al trauma, refugiarse en el narcisismo y en actitudes extravagantes con el fin de poder determinar su verdadera identidad.
Muchos encierran a Dalí en el diagnóstico de un delirio paranoide, por sus ideas que rayan en lo psicótico, el narcisismo y su personalidad megalomaniáca; aunque a mi parecer, como mencione anteriormente, para concretar este diagnóstico hubiera sido necesario un estudio más profundo, con su debido examen mental y no solo basarse en lo que nos cuentan sus obras.
Podemos entonces llegar a la conclusión, siempre desde un punto de vista fuera del ámbito profesional, cómo el gran genio que era Salvador Dalí transmitió y nos transmite con sus obras que su creatividad no tenía límites a la hora de crear y que su conducta puede identificarse con ciertos rasgos de esquizotipia, dando muestras una vez más de cómo la genialidad y la locura van, en una estrecha unión, caminando unidas de la mano.
Aquí un fragmento del cortometraje, Un perro andaluz y el cortometraje que hizo Dalí en conjunto con Walt Disney, reflejando el surrealismo, con una pizca de estilo Disney:
Hola Sebastian, este es un mensaje de Isabela, dice... uno a veces subestima las capacidades de otros, solamente por ser enfermos mentales...pero aquí se demuestra que la genialidad no respeta...
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