lunes, 13 de octubre de 2014

El Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas





Las personas que padecen este trastorno neurológico , el síndrome de Alicia, que recibe su nombre del famoso cuento de Lewis Carroll (que padecía de migrañas y que pudo sufrir el síndrome, de forma que las experiencias de la joven Alicia fueran bien conocidas por su creador), perciben las cosas que las rodean con un tamaño más grande o mucho más pequeño del que en realidad tienen. "Tengo la extraña sensación de que mi cuerpo aumenta de tamaño hasta que ocupa todo mi cuarto". "Siento que vivo en una pesadilla donde todo cambia de forma". 

Estas son algunas de las percepciones que caracterizan al Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas (SAPM) o micropsia, un trastorno neurológico que altera la percepción del ojo humano y suele afectar sobre todo a los niños y a los adultos proclives a sufrir dolores fuertes de cabeza (migrañas). 

Los pacientes que sufren este síndrome perciben alteraciones en la forma, tamaño y situación espacial de los objetos, así como distorsión de la imagen corporal y del transcurso del tiempo. También se han asociado otras ilusiones visuales como palinopsia (imágenes múltiples), acromatopsia (no percepción del color) y prosopagnosia (incapacidad de reconocer caras). 


Quienes sufren SAPM no pierden la conciencia durante los ataques del síndrome, cuyos síntomas básicos son las alteraciones en la percepción del tamaño, la forma, la ubicación de los objetos en el espacio, la figura corporal propia y el tiempo transcurrido. A veces, los afectados dejan de percibir los colores y de identificar los rostros ajenos y observan imágenes múltiples. 

Según los expertos, las personas afectadas por el síndrome de Alicia en el País de las Maravillas son en todo momento conscientes de la naturaleza ilusoria de sus percepciones. Sin embargo, éstas son lo suficientemente intensas como para que tengan que mirarse en un espejo para comprobar su talla. 

El síndrome de Alicia en el país de las maravillas puede ser provocado por una cantidad anormal de electricidad en el cuerpo, lo que causa un cambio en el flujo sanguíneo del cerebro, y donde las señales enviadas desde el cerebro a los ojos se perturban, dando lugar a alucinaciones, desorientación y una auto-imagen alterada en ciertas partes del cuerpo. Otra causa a la que puede deberse, es la epilepsia del lóbulo temporal donde aparecen convulsiones en los lóbulos temporales, pudiendo tener reacciones de euforia, o un intenso miedo y paranoia. También puede ser debido a dolores de cabeza, migrañas, tumores cerebrales o debido al virus Epstein-Barr, donde pueden mostrarse los síntomas en etapas iniciales. 



Aunque las pruebas diagnósticas aún no han permitido identificar ningún área cerebral específicamente afectada, los resultados de los estudios realizados en pacientes en su fase aguda mediante tomografía computarizada revelan áreas de hipoperfusión en las proximidades del tracto visual y córtex asociado, lo que podría explicar las quejas visuales de los pacientes. 

Este síndrome tiene tratamiento probado y eficaz, cuando la causa es la migraña, aunque los casos crónicos son bastante intratables y se deben de llevar a cabo, con el tiempo; las manifestaciones de los síntomas no son perjudiciales o peligrosas, y probablemente se desvanecen en un período de tiempo, siendo el descanso el tratamiento más óptimo.


Sindrome de Cotard: muertos vivientes?



En 1880, el neurólogo francés Jules Cotard describió un extrañó síndrome que sufría una de sus pacientes, Mademoiselle X. Esta mujer de 43 años afirmaba no tener cerebro, órganos, nervios o sangre: su cuerpo sólo eran piel y huesos. Estaba absolutamente convencida de que estaba muerta.

Ya se habían encontrado casos clínicos similares al de la paciente X, sin embargo no se habían descrito de manera tan detallada como lo hizo Cotard. Observó que su paciente creía firmemente que estaba muerta, y al no verse ni en el cielo ni en el infierno, comenzó a negar la existencia de Dios, de manera que Cotard acabó denominándolo como delirio de negación.

El síndrome de Cotard, también llamado delirio de negación o delirio nihilista, es una enfermedad mental relacionada con la hipocondría. El afectado por el síndrome de Cotard cree estar muerto (tanto figurada como literalmente), estar sufriendo la putrefacción de los órganos o simplemente no existir. En algunos casos el paciente se cree incapaz de morir.

Los pacientes llegan a creer que sus órganos internos han paralizado toda función, que sus intestinos no funcionan, que su corazón no late, que no tienen nervios, ni sangre ni cerebro e incluso que se están pudriendo, llegando a presentar algunas alucinaciones olfativas que confirman su delirio (olores desagradables, como a carne en putrefacción) y visuales (pueden llegar a decir que tienen gusanos deslizándose sobre su piel).




En sus formas más complejas el paciente llega a defender la idea de que en realidad él mismo está muerto e incluso que han fallecido personas allegadas a él. Junto con esta creencia de muerte el paciente mantiene una idea de inmortalidad, como si se hubiera convertido en un “alma en pena“. Hay quien lo denomina la “enfermedad más rara del mundo”.

Aunque es un delirio típico de las depresiones más graves (psicóticas o delirantes) se puede ver en otras enfermedades mentales severas (demencia con síntomas psicóticos, esquizofrenia, psicosis debidas a enfermedades médicas o a tóxicos).

En 1995 se realizó por primera vez una clasificación clínica en base a las pruebas. En un análisis retrospectivo de 100 casos se subdividió el síndrome de Cotard en tres tipos. Un primer tipo incluye una forma de depresión psicótica, caracterizada por ansiedad, delirios melancólicos de culpa y alucinaciones auditivas. Un segundo tipo, descripto como el síndrome de Cotard tipo I, fue asociado con delirios hipocondríacos y nihilistas, y ausencia de episodios depresivos. El último grupo fue el síndrome de Cotard tipo II, con ansiedad, depresión, alucinaciones auditivas, delirios de inmortalidad, delirios nihilistas y comportamiento suicida, como características destacadas.

Recientemente, el neurólogo Steven Laureys, de la Universidad de Lieja, en Bélgica, comentó sobre un paciente con este síndrome:

“He estado analizando las lecturas PET durante 15 años y nunca he visto a nadie que estuviera de pie, interactuando con la gente, con un resultado de exploración tan anormal. Su función cerebral se asemeja a la de una persona durante la anestesia o el sueño. Ver este patrón en alguien que está despierto es bastante único”.

Científicamente aún se siguen estudiando sus causas, aunque la neurología actualmente establece al mal funcionamiento de la amígdala u otras estructuras límbicas del cerebro, como las razones más probables. De todas maneras, no deja de ser una enfermedad inusual.

En cuanto a su pronóstico, con tratamiento psicológico y farmacológico (antidepresivos y antipsicóticos) se logran disminuir los síntomas.



Insomnio



El insomnio es la incapacidad de dormir a horas regulares y durante ellas. Puede consistir en tardar mucho en quedarse dormido, en levantarse por la noche, o temprano a la mañana siguiente antes de cumplir el ciclo completo de sueño. Para su definición no interesa tanto el número de horas de sueño, sino su calidad reflejada en su efecto restaurador y la capacidad de estar alerta al día siguiente.



Es la queja del sueño más común en la población general y en pacientes psiquiátricos. Su prevalencia a un año alcanza a afectar a una tercera parte de la población y en pacientes psiquiátricos se presenta en un 60 a 80% de los pacientes.
De acuerdo con el momento de presentación se divide en insomnio de conciliación (para dormirse), de mantenimiento (cuando hay despertares frecuentes) y terminal (al final de la noche).


Por lo general el insomnio entra en una de dos categorías: insomnio primario o insomnio secundario a otra enfermedad psiquiátrica o médica.
El insomnio primario transitorio (menos de 3 semanas) es la queja más común y se produce por cualquier situación de estrés agudo o de crisis personal o familiar. El insomnio primario crónico (mas de 1 a 2 meses) se producen mas por un condicionamiento negativo al dormir y a su entorno, el paciente se torna ansioso a la hora de dormir, tratando de “dormirse”, aumentando el nivel de ansiedad.
El insomnio secundario puede ser por enfermedad psiquiátrica siendo la causa mas común de insomnio crónico, principalmente se ve en la depresión, en los trastornos de ansiedad, en la manía y en esquizofrenia. El insomnio por enfermedad medica general se encuentra en enfermedades como artritis, ulcera péptica, hipertiroidismo, reflujo; cualquier causa de dolor o molestia física puede alterar el sueño. También se puede producir por uso de hipnóticos, que a largo plazo pueden llevar a insomnio, o por la suspensión abrupta de estos, abuso de cafeína, té, colas etc.


Los síntomas apreciados en los procesos de insomnio son:
- Tardar más de 30 - 45 minutos en dormirse
- Sueño inquieto
- Levantarse muy temprano
- Levantarse durante la noche, resultando difícil volver a dormirse

En cuanto al tratamiento siendo este un síntoma de una etiología muy variada, el enfoque terapéutico varia según la causa que lo este produciendo. Pero en general el medico hará una evaluación detallada buscando las posibles causas de este y enviara medicación si es necesario y medidas generales de higiene del sueño.





Recomendaciones:
- Procure acostarse y levantarse a la misma hora. El hábito le ayudará a dormir.
- No se acueste ni intente dormir hasta que no tenga sueño.
- No duerma durante el día.
- Por la mañana limite el tiempo de permanencia en la cama si no duerme.
- No utilice su dormitorio durante el día.
- No utilice la habitación para hacer cosas distintas a dormir
- Haga ejercicio diariamente a primera hora del día.
- No practique ejercicio justo antes de acostarse.
- Tome una exposición adecuada a la luz solar durante el día.
- Evite comidas copiosas a la hora de acostarse, pero tampoco se acueste con hambre.
- Deje de fumar (al principio el sueño empeorara, luego mejorará).
- Tome solo cafeína por la mañana y en cantidades limitadas.
- No beba alcohol, al menos cuatro horas antes de acostarse. La ingesta excesiva de alcohol aunque produce somnolencia, es causa frecuente de despertares nocturnos.
- Mantenga la habitación en condiciones óptimas para dormir (sin ruido, temperatura alrededor de 20º, sin exceso de luz, etc.).
- Realice rituales antes de irse a la cama (cepillar los dientes, lavarse,...).
- Un baño caliente antes de acostarse le ayudará a relajarse.
- Vacíe la vejiga antes de acostarse.
- Distráigase de la forma que prefiera de las preocupaciones del día, al menos 2 horas antes de acostarse.
- Al acostarse practique una actividad que le relaje como escuchar música suave, leer textos sencillos y relajantes.
- Duerma con prendas cómodas que no le molesten ni aprieten.
- Intente tomar las medicinas que desencadenan actividad, como micción (diuréticos), lo más temprano posible, para evitar despertarse por la noche.
- Pregunte al médico si alguna de las medicinas que está tomando podrían mantenerle despierto y, si es así, si puede sustituirla por otra.
- Si se despierta a causa del dolor, pida al médico un tratamiento para el mismo.
- Si alguna vez utiliza medicinas para dormir, intente que sea por un tiempo limitado y ordenadas por el medico.
- Siga los consejos de su médico.

Trastorno de Somatización: cuando la mente controla el cuerpo 




El trastorno de somatización es el diagnóstico que se realiza a aquellas personas que se quejan de forma reiterada de dolores y malestar de diversa índole, los cuales no tienen un origen físico identificable. Dichos síntomas, que además son recurrentes e inexplicables, interfieren negativamente en su vida social, laboral e incluso personal.


Parece ser que su origen se debe a altos grados de ansiedad, que pueden ser ocasionados por un alto nivel estrés o por problemas emocionales más o menos importantes. Estos padecimientos además causan angustia e incapacitan a la persona para funcionar normalmente.


Aunque este trastorno esté relacionado principalmente con la regulación emocional y no con el área del cuerpo que se ha vuelto el centro de atención del sujeto, los síntomas son reales y la persona no tiene control consciente sobre ellos.


Es habitual en estos casos que la persona describa sus síntomas en términos imprecisos, pero dramáticos y muy emocionales. Suelen buscar ayuda u opinión de más de un especialista. Además, también se quejan de que los exámenes médicos no logran solucionar sus problemas.

Pero cuidado, que porque padezcan un trastorno de somatización no significa que no puedan padecer paralelamente otra enfermedad médica diagnosticable, por eso se debe ser muy cuidadoso a la hora de descartar patologías rápidamente.

No es extraño que una persona con trastorno de somatización presente además síntomas de ansiedad y depresión. Este grave trastorno puede incluso llevar a quien lo padece a comenzar a sentirse inútil y, en casos extremos, a intentar suicidarse, debido a los problemas que tiene para adaptarse a las tensiones de la vida. Tampoco es extraño que tienda a consumir alcohol o drogas, incluidos psicofármacos.

Los síntomas pueden ser muy variables, desde dolores en diferentes partes del cuerpo, hasta convulsiones, diarrea, delirios y amnesia.



-Rasgos de la personalidad

La persona que somatiza suele ser alguien que se muestra muy dependiente en sus relaciones sociales, pide continuamente apoyo emocional y puede irritarse con facilidad cuando siente que no recibe atención suficiente. Puede incluso ser descrito como alguien con afán de protagonismo y manipulador. De esta manera le es posible que manifiesten un sufrimiento que no pueden expresar de otra manera, e incluso pueden conseguir algunas ganancias como influir en otras personas o manejar ciertas situaciones desfavorables.

Sus síntomas somáticos son una como una llamada de atención para solicitar ayuda emocional, tanta insistencia e intensidad a costa de la propia salud reflejan el deseo excesivo de ser atendidos en todos los aspectos de su existencia, aunque no es raro que haya otros propósitos:


-Evadir responsabilidades de la vida.

-Impedir involucrarse en trabajos más demandantes u oportunidades de crecimiento importantes, lo que sugiere sensación de incapacidad o culpabilidad (los síntomas obstruyen y castigan).

-Unificar una familia dividida, debido a que los miembros del grupo se organizan en torno al “enfermo” para olvidar otros conflictos o problemas.


A menudo, las personas con somatización no son capaces de darse cuenta que su problema es básicamente psicológico y por ello presionan a los médicos para ser sometidos a multiples tratamientos.
A esto puede añadirse un amplio historial médico de pruebas diagnósticas y visitas a servicios de urgencia, muchas de ellas además con informes de rechazo de más procedimientos médicos. De ahí que manifiesten sus quejas de forma dramática, con conducta exhibicionista, dependiente, manipuladora e incluso suicida. En este punto es fácil encontrar una tendencia a recurrir a terapias alternativas bajo la excusa de que sienten ‘más escuchados y comprendidos’.

Todo y con esto, algo muy importante a tener en cuenta es que el médico debería evitar a toda costa quitarle importancia a su sintomatología, con frases como “lo suyo son sólo nervios” o “usted no tiene nada”, pues entonces el paciente se quejará por desatención y abandonará la terapia. De manera que, el primer principio para un manejo eficaz de la situación, consistirá en que facultativo entienda el sufrimiento del paciente y muestre una actitud interesada hacia su malestar, pues aunque su comportamiento parezca fuera de lugar, el sufrimiento que se vive siempre es real.





-Tratamiento

En ocasiones, cuando estas personas toman un medicamento antidepresivo o ansiolítico, pueden sentir un gran alivio de sus síntomas físicos. No obstante, en la mayoría de los casos, el tratamiento debería centrarse en trabajar efectivamente con los problemas que desencadenan de alguna forma este trastorno, como las dificultades en las relaciones personales, problemas en el trabajo, los estudios, etc. La psicoterapia puede ayudar a manejar el malestar físico crónico y a entender cómo manejarlo.

Las personas con trastorno de somatización suelen ser muy reacias a aceptar una derivación a un profesional de salud mental, reconociendo así que un tratamiento médico convencional no puede aliviar sus síntomas. Son particularmente sensibles al estigma asociado con los trastornos mentales. Además, a veces estos trastornos mentales son descartados por un algún médico que no ve estos síntomas como una causa legítima de preocupación.

Lo ideal sería que el médico de cabecera y el profesional de salud mental trabajasen juntos, porque de esta manera se evaluarían los síntomas físicos y al mismo tiempo se le ayudaría a manejar la frustración de no lograr un diagnóstico o un tratamiento concreto. Sería muy apropiado que el paciente recibiera ayuda para tratar su estado de ansiedad y/o depresión, ayudándolo a manejar los conflictos que tenga en su vida diaria y guiándolo a encontrar estrategias de afrontamiento más apropiadas.


domingo, 12 de octubre de 2014


ARTEterapia


La Arteterapia es un tipo de Terapia artística que consiste en la utilización del arte como vía terapéutica. Se emplea para sanar trastornos psicológicos, tratar miedos, bloqueos personales, traumas del pasado, etc.

Pero, a parte de los fines meramente terapéuticos, la Arteterapia es una técnica de desarrollo personal, de autoconocimiento y de expresión emocional. Por tanto no es necesario poseer ningún trastorno psicológico, sino simplemente sentir la necesidad de explorarnos a través del arte.




Si bien inicialmente comenzó a usarse la Arteterapia con fines meramente terapéuticos, actualmente ha ampliado su ámbito de actuación, sirviendo igualmente para procesos de cambio, como vía de autonocimiento y para desarrollar ciertas habilidades como la creatividad, percepción, intuición, etc.

Muchos terapeutas utilizan la terapia artística para abarcar áreas en las que una terapia verbal no alcanza. Cada vez se emplea más en residencias de ancianos, colectivos con problemas de integración, con deficiencias psíquicas, o con enfermos psiquiátricos, etc. También en el tratamiento de enfermedades como el estrés, la ansiedad, la fibromialgia o los trastornos alimenticios.

Es igualmente eficaz para paliar el fracaso escolar, trastornos de atención u otra serie de dificultades que muchos estudiantes tienen en la actualidad. Además gran parte de la pedagogía, está basada en fundamentos similares en los que el arte como método pedagógico ha aportado interesantes resultados.


A través de diferentes manifestaciones artísticas: pintura, teatro, modelado, collage, danza, escritura, música, etc expresamos lo que guardamos en nuestro interior. Nuestros conflictos, miedos, angustias, necesidades, frustraciones, anhelos, sueños… afloran cuando nos dejamos llevar por la obra que estemos representando.

En Arteterapia nadie más que el autor interpreta la obra. El terapeuta ofrece una serie de instrucciones o consignas y ejercicios a realizar, pero es la persona la que sabe lo que su trabajo significa, independientemente de que luego se compartan los resultados con el terapeuta o con el grupo. Por ello es importante que el trabajo se desarrolle sin hablar, que no se produzcan interrupciones externas que puedan sacar al “artista” de la conexión con su tarea. Es mediante la actividad creativa como la persona llega a la realización consciente del ejercicio, en el cual se manifiesta la parte más inconsciente.




Además, no se requiere de unas brillantes dotes artísticas, ni que el resultado de la obra tenga un gran valor artístico. Sin ser necesarias grandes habilidades ni conocimientos plásticos, la obra es siempre valiosa porque nace de la autenticidad del creador. Para lo cual se hace fundamental que el trabajo se haga con la suficiente espontaneidad, responsabilidad, conciencia y sinceridad. El mayor valor es lo que la persona rescata de su interior, lo que descubre y los cambios que se producen dentro de él. Una vez adquirida conciencia, es necesaria una buena dosis de autoresponsabilidad: que la persona se comprometa consigo misma para llevar a cabo ciertas correcciones en su manera de actuar.


Pero es, observando la creación y reflexionando sobre la misma como el terapeuta y el paciente ven reflejado el mundo interno y establecen dónde se encuentra el desequilibrio. Los elementos artísticos son la base para tomar conciencia y sobre la cual posteriormente se empezaran a efectuar cambios que se trasladaran al día a día. Por tanto requiere de un compromiso por parte del paciente, dado que es él quién se ha de responsabilizar en su proceso y de la conciencia de su enfermedad.

Autismo: parte de este mundo, no un mundo aparte




Esta incluido dentro de los trastornos generalizados del desarrollo. Se presenta casi siempre desde los primeros 5 años de vida y se diagnostica con base en las anormalidades en la conducta. Las características comunes del autismo comprenden: deterioro en las relaciones sociales, en la comunicación verbal y no verbal, problemas para procesar información proveniente de los sentidos, al igual que patrones de comportamiento restringidos y repetitivos. Los síntomas pueden variar de moderados a severos.


La etiologia de la enfermedad aun no esta clara. Los factores genéticos parecen ser importantes. Por ejemplo, es mucho más probable que los gemelos idénticos tengan ambos autismo en comparación con los gemelos fraternos (mellizos) o con los hermanos. De manera similar, las anomalías del lenguaje son más comunes en familiares de niños autistas e igualmente las anomalías cromosómicas y otros problemas neurológicos también son más comunes en las familias con autismo. También se ha sospechado de otros factores como condiciones desfavorables del embarazo (roséola, fenilcetonuria. Encefalitis, meningitis etc), anticuerpos maternos etc.


El número exacto de niños con autismo se desconoce. Un informe emitido por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos sugiere que el autismo es más comun de lo que anteriormente se pensaba, aunque no está claro si esto se debe a una tasa creciente de la enfermedad o a un aumento de la capacidad para diagnosticarla.


El autismo afecta a los niños con una frecuencia 3 ó 4 veces mayor que a las niñas y factores como el ingreso familiar, la educación y el estilo de vida no parecen afectar el riesgo de padecerlo.
La mayoría de los padres de niños autistas empiezan a sospechar que algo no está bien cuando el niño tiene 18 meses y buscan ayuda alrededor de los 2 años de edad. Los niños con autismo se caracterizan por presentar dificultades en la comunicación verbal y no verbal, en las interacciones sociales y fingen jugar. Algunos pueden manifestar agresión hacia otras personas o hacia sí mismos.


Las personas con autismo pueden efectuar movimientos corporales repetitivos, evidenciar apegos inusuales a objetos o manifestar malestar poco común cuando se cambian las rutinas. Los individuos también pueden manifestar sensibilidades en los sentidos de la vista, el oído, el tacto, el olfato o el gusto.


Alguna combinación de las siguientes áreas puede estar afectada en grados variables:



-Comunicación:
No señala para dirigir la atención de otros hacia objetos (ocurre en los primeros 14 meses de vida)
No ajusta la mirada para observar objetos que otros están mirando
Es incapaz de iniciar o mantener una conversación social
Desarrolla el lenguaje lentamente o no lo desarrolla en absoluto
Repite palabras o memoriza pasajes, como comerciales
Habla en tercera persona (por ejemplo, “el quiere agua", cuando en realidad quiere decir "Yo quiero agua")
Utiliza rimas sin sentido
Se comunica con gestos en vez de palabras



-Interacción social:
Muestra falta de empatía
Tiene dificultad para hacer amigos
Es retraído
Prefiere pasar el tiempo solo y no con otros
Puede no responder al contacto visual o a las sonrisas
Puede evitar de hecho el contacto visual
Puede tratar a otros como si fueran objetos
No participa en juegos interactivos
Respuesta a la información sensorial:
Presenta aumento o disminución en los sentidos de la visión, oído, tacto, olfato o gusto
Parece tener un aumento o disminución en la respuesta al dolor
Puede evitar el contacto físico porque es muy estimulante o abrumador
No se sobresalta ante los ruidos fuertes
Los ruidos normales le pueden parecer dolorosos y se lleva las manos a los oídos
Frota superficies y lame objetos



-Juego:
Muestra poco juego imaginativo o actuado
No imita las acciones de otras personas
Prefiere el juego ritualista o solitario
Comportamientos:
Tiene un período de atención breve
Utiliza movimientos corporales repetitivos
Muestra gran necesidad por la monotonía
"Se expresa" con ataques de cólera intensos
Tiene intereses muy restringidos
Demuestra perseverancia (se dedica seriamente a un solo tema o tarea)
Muestra agresión a otras personas o a sí mismo
Es hiperactivo o demasiado pasivo



Para el diagnostico temprano es muy importante la evaluación del desarrollo de todos los niños en las citas con el pediatra o programas de crecimiento y desarrollo, si se sospecha se realizaran otras pruebas para tratar de confirmar la enfermedad y hacer el diagnostico diferencial con otras entidades con las que puede confundirse ( hipoacusia, trastornos específicos del lenguaje,retraso mental , epilepsia etc.).


La intervención temprana, apropiada e intensiva mejora en gran medida el resultado final de la mayoría de los niños pequeños con autismo. La mayoría de programas se basarán en los intereses del niño en un programa de actividades constructivas altamente estructurado.




El tratamiento es más exitoso cuando apunta hacia las necesidades particulares del niño. El programa individualizado debe ser diseñado por un especialista o un equipo con experiencia. Se dispone de varias terapias efectivas, dentro de las que se cuentan el análisis del comportamiento aplicado , terapia del lenguaje y del habla, medicamentos, terapia ocupacional y fisioterapia. Igualmente, la integración sensorial y la terapia de la visión son comunes, pero tienen menos investigaciones que apoyen su efectividad. El mejor plan de tratamiento puede utilizar una combinación de técnicas.
El tratamiento de estos niños debe ser multidisciplinario y generalmente en una institución especializada.


Recomendaciones:
Por lo regular, los padres sospechan la presencia de un problema de desarrollo mucho antes de que se haga el diagnóstico. Se debe consultar al médico en caso de haber inquietudes con relación al autismo o si hay preocupación de que el niño no se esté desarrollando normalmente


sábado, 11 de octubre de 2014

Sindrome de Estocolmo: un enemigo muy amigo




El sindrome de estocolmo es una reaccion psicologica en la que el secuestrado desarrolla relacion de complicidad y afecto hacia el secuestrador. Este sindrome fundamenta uno de las franquisias de television y videojuegos mas reconocidas en el mundo: Pokemon. En la que el pokemon establece una relacion de afecto con el entrenador que lo captura, esta interesante reaccion me llamo la atencion, su ironia y curiosidad merecen una revision del tema:

Una variedad o manifestación del mecanismo de Identificación, muy frecuentemente citada y estudiada, es la Identificación con el agresor. Esta expresión fue elaborada por el psicoanalista Sandor Ferenczi, y posteriormente utilizada también por Anna Freud, aunque con un significado algo diferente. Un ejemplo ya clásico de Identificación con el agresor es la conducta de algunos de los internados en los campos de concentración nazis, según la descripción del famoso y controvertido psicoanalista Bruno Bettelheim, que estuvo interno durante un año en los campos de concentración de Dachau y de Buchenwald. Según Bettelheim, algunos de aquellos internos hablaban y se comportaban como sus guardianes o vigilantes, también abusaban de sus compañeros, guardaban trozos de restos de los uniformes de los SS, etc. Comportamientos que no podían explicarse solamente por el deseo de congraciarse con sus verdugos. Observaciones parecidas se realizaron también entre los prisioneros de la China comunista durante la Guerra de Corea, así como en otros grupos de personas sometidas a abusos extremos. Es tipo de reacciones paradójicas se interpretan como un mecanismo de defensa de Identificacióndel débil con el fuerte. De alguna manera, sería una respuesta a la recomendación «si no puedes pegarle y ganarle, únete a él y sé como él». Otra manifestación más conocida es el llamado síndrome de Estocolmo.



La denominación síndrome de Estocolmo proviene de lo ocurrido en el atraco al Kreditbanken de Estocolmo, en agosto de 1973, en el que dos fugados de la prisión retuvieron a cuatro empleados durante varios días. Los cuatro secuestrados expresaron y manifestaron con su conducta que habían establecido cierto vínculo afectivo con sus secuestradores. Esta expresión síndrome de Estocolmo y sus sinónimos «vinculación traumática» o «vinculación de terror», se utiliza para describir un conjunto de sentimientos y de comportamientos positivos de la víctima hacia su secuestrador o abusador, acompañados de sentimientos negativos hacia la familia, amistades y policía. A ello se añade en algunos casos una actitud favorable hacia las razones y puntos de vista del secuestrador-abusador y señales de lealtad, sin tener en cuenta el peligro. Es como si se hubiera establecido un vínculo afectivo o, en términos psicodinámicos, se hubiera producido una Identificación con el agresor.



Al explicar el proceso desde la víctima, en primer lugar, se aclara que, además de aterrorizada, queda infantilizada. De este modo, experimenta un alivio, como el niño, cuando se le da de comer, se le permite ir al baño, etc., hasta llegar a la gratitud por permitirle seguir con vida. Así, el secuestrado puede llegar, dentro del proceso de defensa psicológica, a negar, reprimir u olvidar que el secuestrador es el origen de su dolor. Por el contrario, comprueba que le permite seguir con vida, le da de comer, le permite comunicarse e ir al baño, etc.

El que las autoridades no accedan a las demandas, intenten asaltar el lugar, etc., con riesgo de su propia vida, ayuda a que el secuestrado las perciba como un enemigo; actitud que, evidentemente, comparte con los secuestradores. En este contexto de terror, aislamiento e infantilización, la actitud del secuestrado hacia el secuestrador puede llegar a hacerse patológica y a surgir el agradecimiento, la admiración, la vinculación y Identificación con él. Si las circunstancias de edad y sexo de secuestrador y secuestrado lo propician, puede surgir una relación romántica (Patty Hearst, hacia Cujo, del Ejército Simbiótico de liberación; Kristin hacia Olafson), o de tipo paterno filial.

Sin embargo, una revisión de las pocas investigaciones sistemáticas realizadas sobre esta experiencia llega a la conclusión de que no existen comportamientos tan convergentes o semejantes, como para hablar de «síndrome» y que la expresión «síndrome de Estocolmo» responde más a la homogeneidad que se encuentra en los casos informados por los medios que a un análisis riguroso del conjunto de los casos de secuestro. Sin embargo, la expresión «síndrome de Estocolmo» ha tenido éxito y se aplica, por extensión, a las reacciones de algunas víctimas de violación o maltrato, niños abusados sexualmente, miembros nuevos de sectas, víctimas de relaciones intimidantes de pareja, prisioneros de guerra o de campos de concentración, etc. Incluso se ha generalizado también un uso, metafórico, para referirse a la identificación con el partido dominante, o con el poder, de personas o grupos que en principio discrepaban –y que deberían discrepar según los que aplican la expresión–, pero que se acomodan e identifican con el que ostenta el poder.

Aqui un video de la relacion de un secuestrado con un secuestrador, en el que se expone de manera superficial lo que sucede en este sindrome: