lunes, 6 de octubre de 2014


Parafílias


Las parafilias, antiguamente denominadas desviaciones o perversiones sexuales -términos dejados de lado por su connotación peyorativa- se definen por que la imaginación o los actos inusuales o extravagantes son necesarios para la excitación sexual. Tales imágenes o actos, que tienden a ser insistentes e involuntariamente repetitivos, implican:

-La preferencia por el uso de objetos sexuales no humanos para alcanzar la excitación sexual.

-Actividad sexual repetitiva con personas, pero en la que se da sufrimiento o humillación real, no simulada.

-Actividad sexual repetitiva con niños o personas que no consienten.

Dado que una cierta imaginación parafílica forma parte de la conducta sexual normal, sólo ingresan en la categoría de parafílicos aquellos que la requieran como condición indispensable para obtener la excitación sexual. Por otro lado, en la medida que muchos de estos trastornos implican el no consentimiento de la pareja, ellos pueden, frecuentemente, asociarse a problemas legales y sociales.



Por lo general, los parafílicos no experimentan su conducta como patológica, considerando que su problema es la "incomprensión" de los demás. Otros experimentan sentimientos de vergüenza y culpa y presentan sintomatología ansiosa y depresiva asociada. A menudo los parafílicos presentan disfunciones psicosexuales y es frecuente hallar entre ellos marcada inmadurez emocional. Son también comunes los problemas conyugales, de adaptación social y aquellos de naturaleza legal. El exhibicionismo representa un tercio de todos los delitos sexuales denunciados, seguido por la paidofilia.

La premisa anterior ha sido muy cuestionada, y la interrogación es si las parafilias deben ser retiradas del DMS IV por la confusión que hay entre la enfermedad mental y los intereses sexuales poco habituales y los limites existentes entre estos dos parámetros.

Sin embargo, el DSM-IV considera ocho parafilias, más una categoría residual. Veamos en qué consisten:

1. Exhibicionismo. La sintomatología esencial de este trastorno consiste en necesidades sexuales y fantasías sexualmente excitantes, intensas y recurrentes de por lo menos seis meses de duración, ligadas a la exposición de los propios genitales a una persona extraña, sin que se pretenda luego tener relaciones sexuales con el desconocido, aunque muchas veces el exhibicionista se masturba al tiempo que se muestra (o cuando se imagina que se expone). Este trastorno se presenta, aparentemente, sólo en hombres y las víctimas son mujeres y niños. Las consecuencias médico legales de esta conducta son frecuentes y no son pocos los arrestos por tal causa.

2. Fetichismo. Lo esencial de este trastorno consiste en el uso de objetos no vivientes (fetiches) como método preferido, a veces exclusivo, para conseguir excitación sexual. Los fetiches tienden a ser artículos de vestir (ropa interior femenina, zapatos) o, menos frecuentemente, partes del cuerpo humano (por ejemplo, cabellos). Se excluyen aquellos objetos diseñados especialmente con fines de provocar la excitación sexual, como el caso de los vibradores.

3. Frotteurismo. Lo esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes, así como fantasías sexualmente excitantes, que implican el contacto y el roce con una persona desconocida que no consiente. Es el contacto y no la naturaleza coercitiva del acto lo que resulta excitante para el individuo.

4. Paidofilia. Lo distintivo de esta alteración es que el individuo, durante un período de por lo menos seis meses, experimenta necesidades sexuales intensas y recurrentes así como fantasías sexualmente excitantes que implican actividad sexual con niños pre-púberes (generalmente de 13 años o menos). La edad del paciente se sitúa arbitrariamente en 16 años o más y debe ser por lo menos cinco años mayor que el niño.

Debe especificarse si el paciente se siente atraído por el sexo masculino, el femenino o ambos; si el trastorno está limitado al incesto o si se trata, o no, del tipo exclusivo, es decir únicamente atraído por niños, o del tipo no exclusivo.

El trastorno empieza por lo general en la adolescencia. Frecuentemente son los varones de 30 a 40 años de edad los que prefieren la actividad sexual con niños del sexo opuesto. La atracción hacia las niñas parece dos veces más frecuente que la atracción hacia los niños. Cerca del 11% de los paidofílicos son extraños para sus víctimas, mientras que en un 15% se trata de relaciones incestuosas.

5. Masoquismo Sexual. El masoquista consigue la excitación sexual a través del sufrimiento, es decir, siendo humillado, golpeado o atormentado de cualquier manera. El diagnóstico debe hacerse cuando el individuo realiza actos -hechos reales, no simulados- que impliquen sufrimiento y no solamente cuando se entrega a fantasías de tal género.

6. Sadismo Sexual

Lo esencial aquí es la imposición de sufrimiento físico o mental –real, no simulado – a otra persona con el propósito de obtener la excitación sexual. La pareja del sujeto sádico puede consentir o no este trato. En el segundo caso, la actividad sádica puede determinar problemas legales. En casos severos los sujetos llegan a violar, torturar o matar a sus víctimas.

7. Voyeurismo. Llamada también escoptofilia, se caracteriza por la observación repetida y subrepticia a gente que está desnuda, desvistiéndose o realizando el coito, pero sin que el voyeur busque ningún tipo de contacto sexual con la gente observada. Esta conducta constituye el método preferido y en los casos más graves, exclusivo, para conseguir la excitación sexual. A menudo el individuo se masturba durante el acto o poco tiempo después, pero no busca tener relaciones sexuales con las personas observadas.



8. Fetichismo travestista. Este trastorno implica necesidades sexuales y fantasías sexualmente excitantes, intensas y recurrentes, de por lo menos seis meses de duración, que involucran el uso de vestimentas del sexo opuesto (en un varón heterosexual). El sujeto con este trastorno no desea cambiar de sexo. Debe especificarse: con disforia sexual, si la persona no se siente bien con su identidad o su rol sexual.

9. Parafilias no especificadas (o atípicas). Estas alteraciones no cumplen los criterios para cualquiera de las categorías específicas citadas. Ejemplos: escatología telefónica (llamadas obscenas) necrofilia (cadáveres) parcialismo (atención centrada exclusivamente en una parte del cuerpo) zoofilia (animales) coprofilia (heces) klismafilia (enemas) urofilia (orina).

Trastornos sexuales no especificados. Esta categoría incluye perturbaciones de la sexualidad que no pueden considerarse parafilias ni disfunciones sexuales. Tales alteraciones son ya sea poco frecuentes, escasamente estudiadas, difícilmente clasificables o no descritas claramente en el DSM-IV. Ejemplos: disforia post coital, problemas de pareja, matrimonio no consumado, donjuanismo, ninfomanía y el persistente y acentuado malestar acerca de la orientación sexual.


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